Noche mágica y esperanzadora

Noche mágica y esperanzadora

LA ORQUESTA ACADÉMICA DE LA ESCUELA MUNICIPAL DE MÚSICA SE PRESENTÓ ANOCHE EN LA BIBLIOTECA ARGENTINA

Junto a la Pequeña Orquesta Académica y al grupo invitado Entre Líneas y Espacios ofrecieron un variado y rico repertorio. La dirección estuvo a cargo del Maestro Carlos Goldfeld. El evento fue  organizado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. Los jóvenes artistas junto a sus educadores y al Estado nos brindaron un ejemplo que invita a reflexionar sobre el futuro.

Por Javier Montú

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Comenzaré este relato sobre el hecho noticioso ocurrido anoche, quebrando todas las reglas que hace instantes apenas he aprendido. Es que hablaré de lo que a nadie le importa: de mí. Soy alumno del primer año de periodismo del Instituto San Martín, de Rosario, y la cobertura que realicé sobre el evento que tratará este artículo, significó un momento importante que recordaré toda mi vida.  Fue mi primera cobertura. La primera vez que sentí algo parecido al fuego sagrado de saberse periodista. Tuve mucha suerte. No cubrí el evento sólo. Lo hice junto a un gran compañero, Pedro Bertona, quien en estos momentos estará frente a su teclado, al igual que yo con el mío, estudiando la manera de respetar que el lenguaje y las normas garanticen que la nota refleje lo que anoche vimos, lo que anoche sentimos. Tanto me esforzaré siempre en que este respeto me guíe, que ante ustedes, privilegiados o desafortunados lectores (el tiempo lo dirá), prometo hacerlo siempre de  manera competente. Así pues, será mi conciencia quien juzgue si cumplo la promesa.

El marco para el concierto no podía ser mejor: la Biblioteca Argentina, quien con sus tres pisos de bibliotecas repletas de libros rodeando el salón, imprimía en el aire un valor elevado, el de un pueblo educado.

Música y libros, una combinación ideal

Llegamos temprano con Pedro. La Orquesta estaba a pleno ensayando. Nos ubicamos sin querer en un lugar de privilegio. Nada hacía presagiar que al dar sala, una marea humana, en su gran mayoría familiares de los jóvenes artistas, iban a dejar al descubierto una delicada y sutil pelea por las sillas, las cuales terminaron siendo escasas. Calculo, aunque no es mi fuerte hacerlo, que alrededor de 150 personas nos encontrábamos allí, expectantes por diversos motivos pero con un mismo fin, escuchar lo que a través de la música los integrantes de la Pequeña Orquesta Académica, del grupo Entre Líneas y Espacios, y de la Orquesta Académica de la Escuela municipal de Rosario tenían para decirnos.

Antes de que comenzara el concierto, el destino me envió dos señales, dos buenas señales. La primera era ver el busto de José de San Martín ya anciano, mezclado entre la orquesta, el director y el público. El padre de la patria se destacaba por la grandeza de sus proporciones, recordándonos la grandeza de su obra. También me recordaba al instituto que lleva su nombre y que me envió a realizar la cobertura. En todo creía ver un símbolo, el final de la velada me demostró que no me equivocaba.

La Orquesta Académica en acción

La segunda señal fue, si se quiere, más contundente. Entre tantos familiares, estaban Horacio y Florencia, orgullosos padres de Vicente y Pedro Bollini, ambos músicos integrantes de la Orquesta Infanto Juvenil La Tablada, del barrio homónimo y que también es dirigida por el maestro Carlos Goldfeld.

Flia. Bollini: Vicente, Horacio, Florencia y Pedro

Para que comprendan lo que voy a relatarles a continuación, cuando aún no había sonado ni siquiera un solo instrumento, escuchar lo que Horacio y Florencia me explicaron llenos de pasión, me permitió oír el otro concierto, el de la construcción colectiva diaria por la educación, la identidad y la igualdad de oportunidades. Todo eso es lo que logra la existencia de un espacio como el de la Orquesta Juvenil La Tablada.

Horacio y Florencia (que integra la comisión de padres de la Orquesta) se mostraban orgullosos y también preocupados.

Orgullosos cuando escuchamos a Florencia decir “Pedro, el más chico toca la flauta traversa y Vicente, que hoy está de telonero, el contrabajo en Entre Líneas y Espacios… y cuando lo escucho tocar, me convierto en una llorona… me desborda la emoción”, no hizo falta preguntar nada a Horacio que interviene acotando “la Orquesta Escuela de La Tablada, es la misma que permitió a estos chicos juntarse y vivir la experiencia, siendo tan jóvenes,  de salir a recorrer un camino propio dentro de la música”, se nota que tiene mucho aún para decir y casi sin pausa continúa “La Orquesta La Tablada es una experiencia que todos los chicos del barrio pueden tener si lo desean. Allí se les presta el instrumento a aquellos que no lo pueden adquirir, permitiéndoles llevarlo a su casa, en donde siguen ensayando. Aprenden música de manera completa y perfecta. Se les abre la puerta a un mundo diferente”, me impresionan los ojos de Horacio y Florencia tan llenos de emoción, la que les hace decir por ejemplo “hay que ver las fotos de chicos que viven en casas rancho tocando el contrabajo o el chelo, con una carita alucinante, flotando en el limbo, gracias a la música y esa posibilidad de que el Estado les pague el estudio de la música y el instrumento, es una oportunidad que no se puede perder”, entonces les pregunto sobre si ya desapareció el peligro de que sacaran este tipo de programas sociales, y Florencia con preocupación responde “existió ese peligro y logramos alejarlo sólo hasta fin de año, que es cuando se termina el presupuesto. El año que viene no sabemos qué pasará. De hecho en otras provincias ya se cerraron varias orquestas creadas con motivo del Bicentenario. En nuestra provincia, por suerte, hasta ahora prevaleció el apoyo estatal a través de un propio programa provincial de orquestas, pero a nivel nacional son seis mil chicos, distribuidos en doscientas orquestas, los que, si este proyecto no se mantiene, quedarían excluidos del manejo de este lenguaje maravilloso que es la música y que le abre puertas

en cualquier lugar del mundo. Lo bueno que tenía el proyecto nacional, es que contaba con la posibilidad de realizar encuentros nacionales en donde chicos de todas las provincias se juntaban durante una semana y allí vivían experiencias de intercambio maravillosas preparando obras y compartiendo ensayos exhaustivos. De todos modos la lucha continúa, no está claro de qué depende para que se restablezcan las orquestas, veremos…”

El momento esperado llega y entra la Pequeña Orquesta Juvenil. Los niños se lucen interpretando un villancico tradicional y otra de The Beatles. Los brazos en alto sosteniendo celulares y cámaras de fotos hacían recordar a imágenes de un recital de rock. Los contundentes aplausos calman la ansiedad. El director no se olvida de nombrar a cada uno de los profesores que durante dos años, enseñan a estos niños todo lo necesario antes de llegar a formar parte de la orquesta, y así como al pasar, menciona un detalle importante: “cómo gracias a la música y los ensayos, los niños se olvidan un buen rato del celular!”. También explica lo que ya nos contó Horacio sobre el próximo grupo: Entre Líneas y Espacios. Comenzaron con Yo vengo a ofrecer mi corazón, y mientras los escuchaba, no me quedaban dudas de que lo estaban haciendo, como así tampoco, acerca de que estos chicos son los emprendedores musicales del futuro haciendo sus primeros pasos, y que en esta nota, esos pasos quedaron registrados.

Grupo invitado: Entre Líneas y Espacios

Veo a Horacio moverse entre el público y detrás de la Orquesta sacando fotos como si fuera un profesional avezado. Tan solo es un padre orgulloso. También observo a un niño de unos doce años, no más, que hace instantes había tocado como todo un músico junto a la Pequeña Orquesta y ahora volvía a ser un niño, acercarse a saludar a sus familiares con carita de vergüenza, pero esta vez a causa de participar en algo bueno, quienes lo recibían con honores para los que el niño no estaba preparado. Esta emoción puede, tal vez, traducirse en semillas de orgullo para todos ellos. El futuro ya está sembrado.

Vuelvo a quedar atrapado por los sonidos que propone el grupo telonero, quien está interpretando el tango El Choclo, y en cada nota grave que sale del contacto del arco con las cuerdas del contrabajo, la imagino a Florencia con las mejillas mojadas por las lágrimas que me anticipó.

Llega ahora el turno de la Orquesta Académica de la Escuela Municipal de Música  y su director, Carlos Goldfeld, como lo hizo durante toda la función, nos explica en detalle cuáles son los contenidos que deben aprender los alumnos de una orquesta académica. También nos cultiva con la explicación de en qué consiste la diferencia entre un concierto básico con otro como el que escucharemos esta noche, cuáles son los movimientos que conforman una sinfonía, entre otros. No deja nada librado al azar para brindarnos aquellos elementos que nos permitan retirarnos de la sala contentos del momento que pasamos, de la música que escuchamos y de todo lo aprendido. Se nota que Goldfeld es, ante todo, un educador muy agradecido, y no se olvida de nadie que brinda su apoyo, sobre todo de cada familia detrás de cada pequeño músico, la cual garantiza un lleno total en cada uno de los conciertos.

Cuando se terminan las palabras y nos quedamos solos con la música de Beethoven, pareciera que cada minuto que consumió la noche, hubiera servido para posibilitar el disfrute de lo que ahora nos estaban ofreciendo. El público había tomado nota. Nadie entre ellos se mueve. Todos miran a la orquesta pero, en realidad, la escucha los lleva a mirar otras cosas que sólo el corazón puede ver. Yo también quedo hipnotizado. Nadie saca fotos. La música es la única protagonista. Pararse, moverse, distraerse sería una falta imperdonable. La reverencia hacia la música es absoluta. Siento curiosidad por saber que le estaría pasando a Pedro, entonces giro la cabeza y con la mirada lo busco, lo encuentro y con una sonrisa en su rostro y un leve gesto que me hace, entiendo que a él le está pasando lo mismo. Esto, sin dudas, es plenitud. Dejarse llevar por la música es sentirse pleno. Pasa Beethoven y antes de llegar la Chacarera de un triste, el director Carlos Goldfeld, como si hubiera sabido lo que estábamos sintiendo, nos aclara que toda música bien elaborada merece el mismo respeto que Beethoven.

El niño Solista: Marcos Machuca

Para el último tema, Pantera Rosa, hay un invitado especial: el niño Marcos Machuca, quien para tocar el saxo se coloca unos lentes oscuros. El público estalla en aplausos. Los escuchamos. Está claro que un pequeño genio se sumó a la Orquesta Académica, y otra vez, la melodía que percibimos nos permite vislumbrar un buen futuro.

CONCEPTOS DEL DIRECTOR Y EDUCADOR  CARLOS GOLDFELD

En una breve charla mantenida con el director Carlos Goldfeld luego del concierto, pudimos rescatar los siguientes conceptos:

“Como educador mi obsesión es que los chicos, en un clima agradable, puedan hacer su primera experiencia con la música de la mejor manera”

“El resultado final no sólo pasa por la música. La combinación entre el buen clima, la felicidad con que los chicos lo hacen, cómo el público los recibe, todo eso permite que el concierto sea bueno”

“Uno no lo piensa como un espectáculo, sino como una experiencia, un ensayo de lo que va a ser su vida tocando, ó un ensayo de lo que podría vivir un artista mínimamente cuando entrega lo mejor al público para luego recibir del público lo que tenga para darle”

“Como educador, nosotros le vamos planteando metas superadoras, por ejemplo ahora en septiembre los chicos ya tienen que lograr tener el primer movimiento de la 5ta. Sinfonía de Beethoven, y nuestra satisfacción pasa por ver que los chicos lo logran”

“Intentamos que los chicos se acerquen a la música sin tantos prejuicios como teníamos nosotros, sin tanta clasificación entre música clásica, popular, etc.”

“El criterio de selección para el repertorio pasa por darle el mismo valor a la música latinoamericana de corte popular y a la música europea”

El director Carlos Goldfeld

“Considero que es mucho más rico para los chicos que ellos puedan avanzar sobre la música latinoamericana y argentina, lo que pasa es que la mirada del educador obliga a brindarles todo para que luego sean ellos los que elijan. Un ejemplo de esto que digo se puede ver en la manera en que se formó el grupo Entre Líneas y Espacios (que siguen siendo alumnos nuestros de otro proyecto, la Orquesta La Tablada)  y eligen solos su repertorio, en este caso no fue música europea, eligieron Fito Páez. Para nosotros esto es muy valioso”

“Pienso que estamos formando una generación de músicos que tiene que dar sus frutos, porque han recibido mucho, y si lo saben aprovechar, eso permitirá que se retransmita y armar una cadena de generaciones de músicos cada vez mejor formados, y mejor de la cabeza también”

“Si bien es cierto que existen tribus de cada especialidad, la gente, en una gran mayoría, está informada de la existencia de las orquestas barriales. Existe un movimiento importante de esto. Pienso que si bien vamos por un buen camino también es cierto que tenemos que defenderlo con uñas y dientes”

“Es grave la situación que se vive con respecto a la discontinuidad a nivel nacional del apoyo que tenían sesenta orquestas. Es dura la situación que se vive. En nuestra provincia estamos mejor que en otras”.

Nos despedimos de Carlos Goldfeld y con Pedro no dudamos que era hora de cenar y brindar por nuestra primera cobertura.

Ya teníamos suficiente material. El necesario para saber que una noche mágica había pasado con su música dejando hacia el futuro mucha esperanza y una preocupación.

*Javier Montú es alumno de la Tecnicatura de Periodismo Integral y Deportivo y Locutor Nacional del Instituto Superior Gral. J de San Martín


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