Con el resultado enriquecido que suelen tener los cruces disciplinarios, Marita Guimpel, desde la plástica y la fotografía nos invita a conocer este trabajo que asocia imagen y sonido, para que podamos «fabular situaciones diversas».  Nos invita a un mundo imaginario, en el que homenajea al compositor y pianista húngaro Béla Bartók (1881-1945) con su pantomima «El mandarín maravilloso» compuesta entre 1918 y 1919.

«Elegí El mandarín maravilloso de Béla Bartók – nos comenta Marita – por el dramatismo de su música que remite a conmociones internas y externas muy profundas. A partir de allí lo que me propuse fue sugerir, a través de imágenes, una sucesión de mundos posibles que surgen y desaparecen, alternativamente, sin descanso.
Y ese propósito quedó plasmado en una estimulación audiovisual muy polisémica, como para que el espectador, asociando imagen y sonido, pueda fabular situaciones tan diversas como las
profundidades del cosmos, el surgimiento de la vida, el impensado universo que palpita bajo la lente
de un microscopio, los restos de un naufragio o de civilizaciones extinguidas, y todas las demás visiones
que un contemplador imaginativo pueda creativamente aportar».

 

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María Josefina Bertossi
18 de enero de 2021
Rosario – Santa Fe – Argentina


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