Néstor – Maestro

Néstor Mozzoni
Artista Distinguido
Conejo Municipal de Rosario
Viernes 31 de marzo a las 10:30

Semblanza
Néstor – Maestro

Muchas de las acepciones de la palabra Maestro, por ejemplo en el Diccionario de la RAE, están relacionadas con el quehacer musical. En todos estos años de hacer música hemos conocido a muchos Maestros y ya en la presentación nos los nombran como Maestro tal o Maestro cual.

A Néstor Mozzoni lo conocí como Néstor, a secas, como aquel joven y buen mozo que arrancaba suspiros de la platea y que encima cantaba muy bien y podía hacer música con cuanto instrumento pasaba por delante.

…Toca Néstor, canta Néstor, prepara el ensayo Néstor, dirige Néstor, viene Néstor? Está Néstor? Esto no lo podrá tocar Néstor? Esta canción no la podrá arreglar Néstor? La prueba de sonido no la podrá hacer Néstor? Y cuando la respuesta a esas preguntas era “Sí, viene, toca, canta , dirige y arregla Néstor, la respuesta es un “Ah!!!!”, un alivio porque ya sabemos que trabajaremos sobre seguro.

Así lo conocí a Néstor, pleno en su actividad musical, desde siempre y hasta hoy. Desde entonces, puntual, puntilloso con el sonido y comprometido con la palabra dada.

Sin embargo, había una parte de su biografía que no conocía, entonces una tardecita después de un ensayo, le pedí que me contara como habían sido los años de su niñez con la música.

No sabe si lo recuerda o si en realidad tiene recuerdo del relato de los familiares y amigos, lo cierto es que para sus 5 años cuando su madre visitaba a una amiga que tenía un piano, se abalanzaba sobre ese instrumento y, entonces, esta amiga, que era maestra de piano le ofreció a su madre probar y desde allí nadie lo pudo separar ni del piano ni de la música.

Después, estudió con otra profesora que mientras daba la lección se iba a otro cuarto a hacer alguna tarea doméstica y desde lejos lo corregía y le decía: “…eso es bemooooool”

Para entonces ya contaba con la compañía de su hermana Graciela y, entonces, ensayaban un piano a 4 manos que terminaba muchas veces en pelea de hermanos porque ante un error musical, se culpaban interminablemente hasta que llegaba su madre, cerraba el piano y se acababa el momento musical.

Cuando la homenajeamos a Graciela en este mismo recinto, ella contó algo que voy a recordar: siendo chicos, uno iba a hacer algún mandado, el otro se quedaba haciendo otra actividad en su casa, y cuando ambos aparecían en un extremo y otro del pasillo, se sorprendían porque los dos venían tarareando la misma melodía y en la misma tonalidad.
Otra anécdota de aquella infancia es que alrededor de los 10 años era tal su curiosidad con la música que un día en la calle, cerca de su casa, encontró un papel con pentagrama y notas cortado en pedacitos, lo levantó, lo unió como pudo e intentó tocar la música que allí estaba.

Ya en los primeros años de la adolescencia era organista en la iglesia y más de una vez tenía que leer alguna partitura a primera vista que requería el servicio religioso.

A los 16 años ya era un músico requerido por el Coro Mixto con Carlos Mahuad, por su coro de cámara, por el quinteto voces con su entrañable amigo Carlitos Vásquez.

A los 19 años ya estaba en el Conjunto Pro Musica.

Ya estudiaba música en aquel Instituto Superior, en la Siberia, y también, estudiaba Medicina y ambas carreras ya entraban en un período de mucho compromiso, y Néstor tuvo que elegir, y eligió la música.

Lo que siguió después es el comienzo de una carrera profesional, allí lo conocí, con Paulita (hoy Paula) correteando por los patios del Pro Música…
… y es por esa carrera profesional tan conocida y trascendente por la cual hoy está aquí, una carrera abierta a distintos géneros y estilos todos hechos con responsabilidad y resultados artísticos indiscutidos.

Será por eso que desde hace un año la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Rosario convocó para integrar su plantel de Profesores.

Cuando una persona llega a una instancia como la de hoy mira para atrás para recordar algunos nombres que dejaron huella en la profesión, y Néstor, me decía que entre esas personas están, en la infancia, su tío Helmut, luego Carlos Mahuad que a su vez le presentó a Aldo Antognazzi , su maestro de piano, Cristián en la búsqueda de la dirección, Iván Cosentino, en los audios y en la satisfacción de su curiosidad por la técnica del sonido.

Entre sus experiencias musicales, Néstor recuerda especialmente su participación como pianista en El Circo de Moscú, en un espectáculo muy internacional donde se tocaba con cifrado americano y de allí se pasaba a una partitura de Tchaikowski, y luego había que improvisar por ejemplo en el número de las palomas prestando atención hacia donde volaban y cuánto tiempo. Un trabajo muy intenso que supo desarrollar con gran profesionalismo.

Y seguro fue allí donde afianzó esa capacidad de no dejar nunca solo al compañero que canta o que toca otro instrumento porque arriba del escenario puede pasar cualquier cosa pero Néstor no deja de tocar para que no nos perdamos de tonalidad o de melodía, es una Maestro.

Así llegamos a este merecido reconocimiento que el Concejo Deliberante nos permite ofrecerte. Han pasado muchos años, muchas historias personales que van armando una historia de vida, una vida que a veces, por su ley, nos quita y que por esa misma ley, nos dá, y entonces de repente todos ponemos, los ojos, los oídos y el alma en el más chiquitito como Javier, el último en llegar, el que después de un ensayo le dice: ahora, Vamos a jugar, Papá?

Y yo le digo Vaya MAESTRO porque a mi nadie me lo presentó como Maestro, pero en todo estos años se mereció el título, por eso cada vez que lo veo y lo saludo, naturalmente lo llamo con mayúsculas: MAESTRO.

María Josefina Bertossi

31 de marzo de 2016
Rosario – Santa Fé – Argentina