E:N.:¿Desde estos últimos años, desde los 90, en los que recomenzaron la puestas de ópera es la primera vez que la OSPR va a participar?
Juan Rodríguez: en estos últimos años sí, esa relación por razones que no conozco se había roto y fue una de las cosas que tuve que remontar para reestablecer lazos con otras instituciones de Rosario. Cada institución hacía su trabajo por separado siendo que la ciudad necesita que se junten para hacer cosas cada vez mejor, por fin este año pudimos concretar, respetando las condiciones de todos los que participan y llegar a una gran ópera como es Aída.
E.N: ¿En lo musical que te significa?
J.R.: Es grandioso. Yo no soy director de ópera, en principio yo soy un director que me he dedicado al sinfonismo, siempre es una especialidad que uno anhela realizar, pero lo que pasa es que a veces se tiene que dar. No todas las ciudades tienen lo que tiene Rosario, un movimiento lírico tremendo y un público que gusta, entonces esto se hace necesario y espero que esto deje la puerta abierta para que la sinfónica pueda seguir participando.
En lo personal, llegar a dirigir una ópera de Verdi y fundamentalmente Aída es un desafío
E.N: La orquesta que se necesita para esta ópera es grande. ¿Tienen que reforzar algunas filas?
J.R.: Sí es enorme, y hay que reforzar porque hay mucha escena, y básicamente la sinfónica va completa.

Juan Rodríguez comunicó a las autoridades y a la orquesta su deseo de abandonar el podio al cumplirse este primer ciclo frente a la OSPR que comenzó en 1999 después de un concurso. Por otra parte la orquesta ha decidido que realizará un concurso para nombrar otro director. Cabe reconocer aquí que después de algunas temporadas inciertas, que alguna vez hasta amenazaron su continuidad, la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario que ya lleva más de 40 años, retomó la normalidad de sus actividades y la suma de otras, que le han permitido crecer y asentarse musicalmente. Mucho de todo eso fue responsabilidad del Maestro Juan Rodríguez.

E.N: ¿Qué resumen se puede hacer de estos cuatro años?
J.R.: Yo llegué a Rosario sin historia, sin pasado y entonces para mi era una orquesta con la que había que empezar a hacer cosas, yo venía con eso y tuve la suerte de contar con un grupo de gente que me ayudó, me apuntaló. Sé que había cosas que no estaban, que las instalamos como los b>Con motivo de la actuación en Rosario del clarinetista norteamericano conciertos didácticos
(de 300 a 1800), los cursos de dirección orquestal, estuvieron hace mucho tiempo, se dejaron de hacer y yo consideré que eran vital para el medio, siempre pensando en cosas que fueran de necesidad para la ciudad. Además debo señalar que Musikalia como asociación civil fue fundamental para todo eso.

E.N: En el repertorio se incorporaron obras de contemporáneos rosarinos…
J.R.: Bueno fueron parte de los ciclos y proyectos que cada año nos propusimos, soñábamos o pensábamos que hacer de diferente con la orquesta…….algo sí me atrevo a pensar, creo que la orquesta estuvo no muy querida, no muy bien tratada y que le hacía falta un poco de cariño, y creo que algo hemos logrado en ese sentido. Y la orquesta empezó a vivir un proceso de cambio, y mi deseo es que el director que venga no tenga que tomar la batuta del suelo sino que tome ya un tren en marcha y le ponga más velocidad porque la orquesta está para eso.
Lo otro es que la orquesta se reinstaló en el tejido de organismos de la ciudad, con el Teatro El Círculo, con el Broadway, con la Escuela de Música o con el Coro estable de Rosario.

E.N: ¿Qué reflexión hacés ya más cerca de la despedida?

J.R.: Ahora cada vez que me paro y los miro ya me sensibilizó porque un pedazo de mi corazón está en la orquesta. Rosario será como el primer amor, porque aquí está mi primera orquesta fuera de Santa Fé, para mi todo esto fue una experiencia aleccionadora, yo aprendí muchísmo, no soy lo mismo que hace cuatro años, y la orquesta supo esperar mis tiempos también. Ha sido una linda relación. Y si vos me preguntas porque, ahora, creo que es porque este es el mejor momento, porque es el momento más lindo.