Nos atrevemos a afirmar que la música española es muy rica en ritmos, y que esa riqueza se multiplicó en el territorio de las que fueron sus colonias, tanto que en la actualidad después del descubrimiento e investigación de la música colonial americana, esta última se ha transformado en una producción casi imposible de explorar en toda su extensión. En aquella producción, intervenían los músicos españoles que llegaban a América, los sacerdotes, los habitantes del llano y los aborígenes, por lo tanto el estudio de la música de la época no se aborda solo desde la teoría musical sino desde un estudio en el que convergen varias otras disciplinas para alcanzar un concepto más acabado y verdadero.
Sin dudas ese fue el trabajo realizado por Gonzalo Cuadra en la creación del programa estructurado en tres partes: la de la España Borbónica con obras para canto y guitarra de Fernando Sor (c.1810), la de la América vasalla a la América insurrecta, Españoles buscando la América Obras para canto y guitarra de Manuel García (este último cantante favorito de Rossini que llegó a América con su compañía de ópera familiar).

Cuadra, Licenciado en Música y Master en Musicología de la Universidad de Chile, entre otras actividades integra el grupo de Música Antigua de la Universidad Católica de Chile. (Precisamente es esta última Universidad la que en América viene destacándose por sus trabajos de música antigua como resultado de la investigación.) El tenor chileno apoya su formación musical en sus condiciones teatrales y su buena dicción, elementos indispensables para la interpretación de esta música de “calle y salón”, y aprovecha también los comentarios ilustrativos que enriquecen la apreciación del público que el Sábado festejó tanto sus relatos como la pícara poesía.

El buen trabajo se completó con la sincronización del excelente continuista Cristián Gutiérrez quien alternó según las fechas la guitarra barroca con la guitarra clásico-romántica, luciendo también impecable como solista en el Estudio Nº 8 en Re Mayor de Fernando Sor. A partir de la segunda sección el concierto contó con la figura femenina de Pilar Martín, quien envuelta en mantón de Manila tocó certeramente castañuelas, palmas (agudas y graves) y el tormento, instrumento de percusión chileno utilizado ya en el primer tercio del siglo XIX, según explicó Gonzalo Cuadra. Pilar es bailarina de danza española y a partir de ello, creemos, fue acertadamente elegida para llevar adelante la difícil percusión española.