Alejandro Sandler es el músico de Rosario que viajó hace un par de años con una beca del Mozarteum a París, allí no solo se dedicó a perfeccionarse en trompeta (especialmente con Piere Thibaud, recientemente fallecido) y pudo integrar organismos de renombre sino también, desde hace más de un año, inició la carrera de dirección orquestal en el Conservatorio de Evry (Francia). Su visita a Rosario para las fiestas coincidió con un curso para trompetistas que culminó con un concierto y ahora en un recital de Jazz con otros excelentes músicos de la ciudad.
El recital de Jazz tendrá lugar el Viernes 14 de Enero a las 22 en el bar de San Luis y J. M. de Rosas, y participarán: Ricardo Marino (trombón), Jorge Variego (clarinete), Leonel Luquez (piano), Javier Allende (perscusión), Ezequiel Gilardi (percusión), Eduardo Cáceres (bajo). SE escucharán temas de Hanckok, Gillespie, Charlie Parker y bosa novas de Jobim.
Muchas cosas tiene para contar sobre todo lo vivido en la Ciudad Luz desde la última vez que lo entrevitamos (
Entrevista 2003)
En el mes de diciembre de 2004, cuando en la ciudad, como es tradicional se escuchaban los sonidos de la Navidad, Alejandro Sandler dictaba el curso para trompetistas en la sede del Conjunto Pro Música de Rosario: El curso fue organizado por el Pro Música pero la motivación fue también de los alumnos que me enviaron mails, porque ya habíamos hecho el primer curso hacía un año y medio por medio del Mozarteum Argentino (filial Rosario), esa vez quedó abierta la posibilidad de volver a hacerlo, empezó como curso de trompeta solo y terminó con un grupo instrumental de 22 personas con percusión, trombón, corno.
EN: ¿Qué rescatas de esa semana de trabajo?
AS: En este segundo año que lo hicimos ya te puedo decir que mejoramos con respecto al primero. Hubo 11 trompetistas inscriptos más los otros músicos e hicimos mucho hincapié en como trabajar en equipo, más que nada mentalizarnos en función de ensamble. Debo destacar que hubo alumnos de todos los niveles y trabajamos obras muy exigentes.
Después de una semana de curso de cinco horas por día el avance se notó al escucharlos tocar obras de Bruckner, de Gabrieli, de Monteverdi, Bach compositores a los que no estaban acostumbrados, porque en general los instrumentistas de los metales poco prestan atención a la música del barroco, a otros estilos que no sean los que tocan habitualmente. Lo interesante del curso es el interés que despertó poder informarse de otros estilos.
Para aquellos que lo hemos conocido desde niño tocando en público con su trompeta, y luego apreciar sus avances y eficiencia, su experiencia en París no hace más que confirmar aquello que vislumbrábamos en él.
Lamentablemente casi sobre el final del 2004 ha tenido que lamentar el fallecimiento de su profesor, el legendario y prestigioso trompetista Pierre Thibaud. Alejandro sigue siendo contratado por la Orquesta Cité Interantionale de París (recientemente hicimos obras como Pájaro de Fuego de Stravinsky o Cuadros de una Exposición de Mussogsky) y por la Opera Comique de París. Pero lo que hoy lo entusiasma cuando relata sus actividades en la capital francesa es la dirección orquesta. Ya está cursando el segundo año en esa especialidad y pronto ofrecerá un un “stage” (una especie de masterclass o exhibición) le tocará dirigir nada menos que una de las obras más espiritualmente profundas que se hayan escritos, la cuarta sinfonía de Tchaikovsky, precisamente será en un concierto donde los alumnos de dirección tendrán a su cargo obras de ese compositor ruso.
«El profesor es Nicolas Brochot, Director en Luxemburgo y Mónaco, joven, uno de los mejores directores de Francia y tiene una de las cátedras más lindas, con un gran concepto pedagógico sobre la enseñanza de dirección orquestal. Los asistentes son muy variados en cuanto a procedencias, asiste a la clase entre otros el clavecinista de Gabriel Garrido, grandes solistas de violín, en general son músicos que ya han hecho una carrera con su instrumento y ahora estudian dirección orquestal.
Me entusiasmó el nivel de ingreso, que es complicado, entre otras cosas hay que leer en todas las claves, tocar piano, por eso los alumnos son instrumentistas antes de empezar a estudiar para ser directores y esto es importante para. Una clase a la semana puede durar diez horas y se aprenden distintos aspectos: estilo, historia, armonía…
En cuanto a mi experiencia particular en la dirección, lo Noté con respecto a cuando vine a dar el curso en el 2003 y ahora , porque aquella vez solo marcaba los compases, en el 2004 ya pude dirigir y comprobar que la responsabilidad en el 95 por ciento está en lo que dirige el director.»
María Josefina Bertossi
Rosario – Argentina
5 Enero de 2005
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