Según la temática,  el Periodismo tiene una interminable clasificación, nosotros elegimos el de la música. El periodismo digital (clasificando el soporte) nos dió la posibilidad de reflejar todo eso que acontece en Rosario y con los músicos rosarinos aquí y más allá, desde hace 11 años. No es fácil remontar este barrilete y hacerlo volar cada día pero vale la pena. Lo celebramos con el humor de Fontanarrosa y recordando una frase y una leyenda.

Gracias a todos lo que ya hicieron llegar su saludo, aquí nobleza obliga mencionar que todos los años el primer saludo que llega es el  del maestro Guillermo Scarabino (el solo hecho de que tenga contacto con nosotros nos llena de orgullo y que nos salude en este día, aún más).

En homenaje a este día, creo que por estos tiempos bueno es recordar una leyenda y el origen de una expresión.

La leyenda de Cassandra
Casandra, hija de los reyes de Troya Hécuba y Príamo, era sacerdotiza de Apolo, con quien había pactado, a cambio de un encuentro carnal, recibir el don de la profecía.

Sucedió que cuando Casandra obtuvo la facultad de la adivinación, faltó a la promesa de acceder a los favores sexuales solicitados por Apolo, quien sintiéndose traicionado decidió castigarla, sin quitarle su don pero transformando este en una condena: Casandra podría ver el futuro pero nadie creería en sus pronósticos. Así, cuando anunció la caída de Troya, nadie tomo en serio su vaticinio.

«Matar al mensajero»
Los mensajeros de la Antigüedad se exponían a perder la vida cuando llevaban noticias infortunadas a los poderosos. Era más breve: “Matar al mensajero”, y vaya si se correspondía con la realidad, pues los que portaban malas noticias para las autoridades, directamente, perdían la vida. Se  enviaban las malas nuevas con esclavos, personas detestadas o sentenciadas, siempre corriendo el riesgo que el emisario se extraviara en el camino, fundadamente espantado de finalizar su temeraria labor.

En la Edad Media era costumbre azotar al mensajero portador de malas noticias, aunque ya no se le daba muerte.

En la actualidad se considera que aquel que da a conocer las novedades no es, necesariamente, el culpable de su contenido.

María Josefina Bertossi
7 de junio de 2014
Rosario – Satna Fé – Argenitna