En un acto que contó con la presencia de autoridades municipales quedó inaugurado el ansiado auditorio de la Escuela de Música Municipal (AEMM) . Se trata de un logro mancomunado cuyo resultado ha sido una sala con características de última generación, destacándose muy especialmente el aspecto acústico, responsabilidad del compositor Ing. Federico Miyara.

En el acto estuvieron presentes el Sr. Secretario de Gobierno Dr. Juan Carlos Zabalza, la Sra. Secretaria de Cultura y Educación Dra. María de Los Angeles González, El sub director de ese mismo área, Lic. Juan Gianni, integrantes del FAE (Fondo de Asistencia Educativa), el diputado Provincial Raúl Lamberto y la Diputda Provincial, Verónica Vena.

 La sala no ha afectado la tradicional arquitectura de la casona del Bvard Oroño al 1600,para su acceso y funcionamiento óptimo se aprovecharon los espacios traseros del inmueble y el que fuera su terraza.

Detalles de la sala (click)

Luis Giavón es el director de la Escuela de Música Municipal desde 1998 y sobre este proyecto hecho realidad, comentó:

Las actividades de la escuela necesitaban un espacio como este pero más allá de eso, el acceso independiente a la sala permite tener una programación aportando un lugar a la ciudad para recitales y música de cámara. Así se amplía esta zona de corredor cultural que era hasta Pellegrini y Oroño, con esto se extiende una cuadra y media más. Creo que en Rosario no existe una sala de estas características, especialmente en lo acústico.

Para Luis Giavón es importante lo que en uno de los discursos de inauguración dijo la presidenta de la cooperadora de la EMM, la Sra. Hilda Contín: “ella señaló que esto ha sido posible gracias a la actividad de entidades intermedias como el FAE o la cooperadora. Yo también lo entiendo así, porque la gestión oficial tiene tiempos o necesidades que cubrir que son distintos pero el empuje de esas fuerzas de entidades intermedias hace que este tipo de cosas se muevan. Es el resultado de un esfuerzo común.”

Una historia con corralito incluido
Para los años 2000/2001 la Cooperadora tenía una importante suma de dinero como para encarar un proyecto importante, y el auditorio lo era, por eso Alba D’ andretta, docente de la escuela y miembro de la cooperadora, en esos años ofreció contactar a su hijo, el Arquitecto Claudio Laflor para realizar un proyecto, que lo hizo totalmente ad honorem. El proyecto gustó, pero rápidamente aquella suma que se guardaba en un banco sufrió las limitaciones del “corralito”. El proyectó se guardó por un tiempo, año y medio, hasta que la cooperadora pudo rescatar “sus” ahorros y luego se empezaron a trabajar por etapas, la primera con esos fondos propios de la cooperadora y otras con la gestión de la dirección de la escuela frente a las distintas autoridades de las áreas específicas municipales. El último tramo era el ascensor, y esto se completó en la actual gestión de cultura municipal.


5 de Octubre de 2006
Rosario – Argetnina

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