La ópera de Gian Carlo Menotti (1911 – 2007) se estrena este viernes 10 de mayo a las 21 ( y continuará todos los viernes de mayo y junio) en un lugar no convencional para la ópera, el Bar La Sede de San Lorenzo y Entre Ríos. Los roles que escribió el compositor italiano en el año 1939, estarán a cargo de intérpretes líricos rosarinos dirigidos por Sebastián Núñez quien nos relata las particularidades de esta puesta innovadora.
Elenco:
Miss Todd: Maru Gayol – mezzosoprano
Laetitia: Alicia Caruso – soprano
Miss Pinkerton: Marcela Centenaro – soprano
Bob: Jorge Ferrari – barítono
Al piano: Patricia Gandini
Vestuario de Ramiro Sorrequieta
Escenografía de Luciano Stechina
Caracterización de M. Soledad Prince
Dirección: Sebastián Núñez
Videos y films de Gabriel Palermo
Entrevista con el director escénico Sebastián Núñez
– ¿Es la primera vez que vás a dirigir una ópèra?
Es la primera vez que lo hago en Rosario y con producción Propia. Soy egresado del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y allí con mis compañeros, colegas y cantantes realizamos muchos trabajos operísticos, siempre en producciones de conjunto y de manera independiente.
La solterona y el ladrón, es el primer paso de la nueva Productora que empezamos a armar, Opera del Río que tiene el objetivo de generar nuevas y diversas puestas de Opera en la ciudad con nuevas y renovadoras miradas del género y con un equipo integrado de profesionales en cada área (regisseur, músicos, vestuaristas, escenografos, ballet, etc.) Recién empieza un largo camino, pero apostamos a crecer año a año y lograr que la opera pueda acercarse mas a un nuevo publico y espacios diferentes.
– ¿Cuál ha sido tu interpretación de esta obra de Menotti y qué criterios aplicarás en la puesta?
Es una obra que fué concebida para el radioteatro, por lo tanto el suspenso y la narrativa hacen de la obra una pieza efectista que compite en expresión con su enemigo inminente de aquel momento: el Cine sonoro. De esta manera presento la obra, como una lucha entre el drama y el humor que llevan a un sin fin de situaciones.
Estados Unidos 1939, donde la “temperancia” o “Ley Seca” hacen perder la razón de los personajes de la obra arrojándolos de manera tragicómica en un abismo irreparable de enredos, des- amor y ácida crítica a la sociedad de consumo de la época.
El criterio que apliqué en la puesta fué liberar a los intérpretes del artificio de cantar como si fuera una Opera convencional, Aqui los cantantes no solo siguen la linea vocal, sino que actúan, transitan las situaciones dramáticas, componen diferentes espacios con los elementos escenográficos y objetos y hasta se entremezclan en el público como en el café Concert.
Los personajes se presentan con un registro de actuación muy delirante y grotesco que en el devenir de la obra generan un particular humor. Nada de esto se hubiera logrado sin el compromiso y riesgo que tomaron los cantantes para el trabajo, Maru Gayol, Marcela Centenaro, Alicia Caruso y Jorge Ferrari. No solo ponen su voz, sino que se animaron a jugar con su cuerpo en un espacio nuevo y diferente.-
Quiero destacar el vestuario de Ramiro Sorrequieta y la Esconografía de Luciano Stecchina, quienes le imprimen a la puesta profundidad y gran valor artístico.
La caracterización destacada de Maria Soledad Prince, y la edición de videos y films, de Gabriel Palermo terminan de componer esta puesta llena de recursos visuales y sonoros.
Esta versión es para piano ( muy dificil por cierto) pero muy bien interpretado por Patricia Gandini.
¿Qué puede tener en común una puesta de ópera (de cámara) y el espacio del café concert?
Absolutamente nada en común. La Solterona y el Ladrón es una Opera que nos permite desafiar los espacios, el Café Concert es un lugar en el que me siento a gusto y me divierte mucho hacer Opera allí Esta Opera lo permite porque son 4 personajes solamente y la Pianista. No se si otra Opera podría montarse en este espacio…
Me divierte buscar el escenario adecuado para contar lo que quiero contar . Me gusta involucrar al público desde el vamos! y ponerlo en situación así no puede escaparse y meterse de lleno en la obra.-
Para el elenco fué un desafío, al cual se entregaron generosamente porque no están habituados a escenarios tan pequeños e incómodos, pero fué parte del trabajo y lo han logrado naturalmente y con mucha soltura.
La Opera puede hacerse en cualquier sitio, si logramos que el drama, la música y la puesta estén en perfecto y elevado equilibrio.
María Josefina Bertossi
7 de mayo de 2013
Rosario – Santa Fé – Argentina