El pasado 13 de Noviembre Pro Cultura Musical cerró su temporada 2010 con el recital de canciones del cantante Enrique Francovigh, una excelente elección como broche de final de temporada. A sala llena, Jorge Alice en representación de la institución recordó lo acontecido durante el año.

Felizmente la sala estaba completa, muchos amigos, conocidos y admiradores de uno de los cantantes más exquisitos de nuestra ciudad se disponían a escucharlo. Cuando subieron al escenario los dos intérpretes: Enrique Francovigh y Zulma Cabrera, la sala los recibió con un aplauso de cariño, reconocimiento y admiración por distintas razones. Enrique con sus joviales y envidiables 90 años se planta en el escenario para disfrutar con su compañera pianista y con el público lo que le gusta hacer: cantar.
Cantar a los 90 no es fácil, sobre todo porque, más que nunca, hay que saber qué cantar y cómo cantarlo. Pero así como este tenor no se equivocó durante su larga carrera tampoco se equivoca ahora. Primero, eligió un repertorio que tituló “Canciones que amo”, música vocal de cámara de autores franceses, rusos, españoles y argentinos, y luego tuvo tanto gusto para interpretarlo, con la pronunciación perfecta de los idiomas, con agudos que siempre los cantó “piano” y que siempre se escucharon, y además afinados, como todo lo que cantó: afinado, elegante, acompañado por un decir gracioso y refinado.

Otra acción en la que no se equivocó fue en elegir a la pianista, indiscutiblemente una gran intérprete de Cámara: Zulma Cabrera.

Gracias Maestro Enrique!!!

Clausura del 2010 en Pro cultura
Antes del recital, Jorge Alice realizó su acostumbrado comentario, en el que siempre adelanta parte de la programación de la sala, solo que esta vez se refirió a lo ya acontecido. Señaló la celebración de cada encuentro de los Sábados a las 19 con los artistas de distintos géneros, todos de primer nivel, también agradeció a la institución bancaria que permite esa celebración semanal en su edificio y la buena voluntad de quien ejerce con tanta amabilidad la función de la seguridad. Como no podía ser de otra manera, también se refirió a dos personas que ya no están en esas reuniones, por lo menos físicamente, porque han trabajado tanto por la música de la ciudad que lo estarán espiritualmente por siempre: Hugo Lecchini y Beba Borgonovo.