“…Este concierto pretende demostrar la huella de Monteverdi en Roma, centro de la Cristiandad, a través de la figura de uno de los compositores más sorprendentes de la mitad del siglo XVII, Doménico Mazzocchi… » expresa Gabriel Garrido, músico argentino radicado en Europa donde desarrolló su especialidad en la música Antigua y es hoy un indiscutido intérprete de sus estilos. Este Sábado 8 de octubre a las 19:30 en el ECU dirigirá al Ensamble Golias y artistas invitados.
Golias Ensamble y artistas invitados
Gabriel Garrido director invitado
Adriana Sansone / Soprano
Mabel Ingenieri / Soprano
Romina Amoruso / Soprano
Angie Cámpora / Mezzosoprano
Adriana Farina / Mezzosoprano
Esteban Manzano / Tenor
Johnny Favilla / Barítono
Adrián Katzaroff / Bajo
Ana Fumagallo / Violas da gamba y flautas de pico
Ileana Beade / Violas da gamba y flautas de pico
Iréne Chaina / violas da gamba y Violone
Javier Moglione / Tiorba y guitarras renacentista y barroca
Eduardo Cáceres / Tiorba y Vihuela
Sergio Pelacani / Clave y órgano
El Templo y el deseo
Desde Suiza, así se refirió Gabriel Garrido al fundamento de este programa que suma obras de Claudio Monteverdi (1567-1643) y Domenico Mazzocchi (1592-1665):
“La figura de Claudio Monteverdi no cesa de aumentar a medida que nos alejamos de los conceptos románticos y post-románticos sobre los cuales está aún hoy estructurada la Historia de la música. Su influencia en la música occidental es mayor que la de cualquier otro compositor. La música del « Divino Claudio » es a la vez académica y revolucionaria, poniendo las pautas definitivas del rumbo que tomará la música moderna. Su importancia es considerable : apogeo del arte renacentista y comienzo fulgurante del chiaroscuro barroco. Desarrollando la teoría de los affetti o pasiones humanas, el compositor de Cremona llevará la música profana a su mas alto grado de expresión (Orfeo, 1607), para mejor introducirlas en la música sacra (Vespro della Beata Vergine, 1610) en una explosión de nuevos recursos musicales (la invención de la representación de la ira : Combattimento de Tancredi e Clorida 1624). Las Vísperas de 1610, dedicadas al Papa, dan a la Contareforma una nueva dimensión, lejos de la austeridad protestante y el rigor contrapuntístico de un Palestrina. Tres de los motetes intercalados entre los salmos vespertinos pertenecen al Cantar de los Cantares la parte más erótica y sensual del Antiguo testamento. Tomando a contrapié la Reforma, la exaltación de la Virgen, y con ella la figura femenina en general como vehículo de los afectos, la Iglesia tomará de la sensualidad, magnificiencia y festejo”.
“El Templo y el deseo es el título de este concierto, que pretende demostrar la huella de Monteverdi en Roma, centro de la Cristiandad, a través de la figura de uno de los compositores más sorprendentes de la mitad del siglo XVII, Doménico Mazzocchi. Las piezas de este programa reflejan la diversidad de la obra y la invención constante de un compositor libre de obligaciones eclesiástcas. Protegido del cardenal Aldobrandini, sus vastos conocimientos, tanto literarios como musicales, le permiten abordar los autores clásicos (Virgilio) con un perfecto dominio del stile moderno, haciendo de Mazzocchi el mejor heredero de Monteverdi. En este « barroco de los sentidos », la figura de María Magdalena, lavando con sus cabellos los pies de Cristo, con su dolor al pie de la Cruz, con su exaltación mística posterior, aparece entonces como símbolo del Templo y el deseo, de esos afectos que toman el primer lugar en la expresión de lo sacro : amor sensual, dolor, lágrimas, desesperación, exaltación. A través de estos dos compositores mayores, el barroco llega a su apogeo expresivo”.
4 de octubre de 2016
Rosario – Santa Fé – Argentina