Erika es alumna e integra el ballet de Tatiana Fesenko (la bailarina rusa, artista emérita que dirige la Academia de Ballet Clásico Ruso en Rosario) y trabajó durante el 2005 en la ciudad de Córdoba:

“Después de una audición me contrataron en el ballet oficial de Córdoba como solista para 10 funciones de Lago de los cisnes y luego para las funciones de Aída (la escena de los esclavos). Lamentablemente hubo una serie de problemas administrativos por el que muchos de los contratados no pudimos seguir trabajando allí y el día que volvía de Córdoba, mi maestra Tatiana me comentó que en pocos días llegaba el ballet de Nashville y que darían una clase abierta.
En el pañol del Teatro el Círculo, se hizo la clase con bailarines de todas las escuelas de danza de Rosario y también de otras ciudades cercanas, felizmente llegué a una preselección y finalmente dieron la beca; en caso de que yo no pudiese cumplirla también se eligió otra candidata, alumna de la escuela provincial de danzas”.

La beca tiene una duración de dos meses de clases en el Ballet de Nashville, y cubrirá los gastos de pasaje, alojamiento, comidas y el transporte desde su residencia hasta el teatro. El Ballet de Nashville fue fundado en 1981 y este año cumple su vigésima temporada, puesto que en 1986 comenzó a funcionar como compañía profesional.
Paul Vasterling es el director de esa compañía: “ Vasterling es especialmente conocido, primero como pianista y luego por su dedicación a la dirección y coreografía, suele venir a la Argentina a trabajar con bailarines de aquí. El ballet de Nashville baila coreografías de Vasterling y, también, el repertorio tradicional” .

Formación

Nacida en Córdoba, cuando Erika empezó a caminar le observaron un defecto que podía ser corregido si caminaba en puntas de pie, usó zapatitos especiales hasta que a los seis años comenzó a tomar clases de danza clásica en Rafaela (pcia. de Santa Fé) (en una academia que continúa con su trabajo muy cerca de su casa). Alguna vez, influenciada por el abandono que hiciera una amiguita suya, intentó dejar la danza, pero su profesora visitó a sus padres señalándoles las condiciones que Erika tenía y que debía aprovechar. A los once años bailaba en el ballet que representaba a Rafaela, con muchos viajes y funciones.
Luego, ya de adolescente, comenzó a viajar a Rosario mientras paralelamente cursaba la escuela secundaria dividiendo el tiempo entre el estudio, la danza y los viajes largos en colectivos.

Su principal referente es su maestra Tatiana Fesenko, reconoce en ella su metodología de trabajo y su dedicación detallista:

«Es maravilloso su trabajo, me gusta su forma de dar clases, su metodología, la queremos mucho, nos cuida mucho. Tiene un talento y una vida artística privilegiada. Es muy detallista y eso se traduce en exigencia, observa la posición de tus dedos o el gesto del hombro y lo corrige.
Con ella también tomo clases de repertorio, es una excelente repositora. Con ella hemos hecho Chopinia (Les Sylphides), una variación de Don Quijote, Coppelia, Lago de los Cisnes, Hada de muñecas, Esmeralda, Giselle, Raymonda».

En la lista de admirados bailarines por Erika en primer lugar aparecen sus maestros Tatiana Fesenko y Vasily Ostrovsky , luego aparecen Barishnikov, Paloma Herrera, Bocca, Cassano, Guerra, Urlezaga.