Detalles del programa en Agenda 2010

Al respecto Horacio Castillo pianista acompañante y responsable de la selección de las obras ha escrito:

Festejos del primer centenario en 1910. El país vive un momento de euforia, de fe en el progreso y los herederos de la generación del ’80 sienten que va realizándose su proyecto político – económico. Entre los poetas que celebran el acontecimiento está Leopoldo Lugones con sus Odas seculares, donde canta a la grandeza de la patria. El modernismo, que llega a Buenos Aires de la mano de Rubén Darío prende rápidamente en el ambiente cultural aunque persiste también la influencia del positivismo. Francia es el horizonte cultural desde donde llega lo nuevo, lo subjetivo, lo “raro”.
En Europa se forman los grandes artistas e intelectuales argentinos, quienes a su vuelta al país se encuentran, a su vez, con los primeros artistas europeos inmigrantes. Tal es el caso de Pascual de Rogatis (1880 – 1980), nacido en Italia y discípulo de Alberto Williams, formado en Francia; de quien pone en música los versos de “Rayos de luna”, de ambiente indiscutiblemente simbolista.
El centenario ve volver a su patria a Julián Aguirre (1868 – 1924), formado en la idea del nacionalismo español y perfeccionado también en París. Los amargos versos de “El nido ausente” de Lugones, ahondan su expresión en el estilo pampeano que con gran finura compone a partir de ellos este compositor, al que podríamos llamar el primero en pensar una estética auténticamente argentina.
El primer gran músico de trascendencia internacional nacido y formado íntegramente en nuestro país es Carlos Guastavino (1912 – 2000). Poseedor de un delicado gusto literario tanto como musical, incursiona en el canto popular (Severa Villafañe), como en la canción de cámara con textos de poetas contemporáneos (Siete canciones) y de la antigua tradición castellana. Romance del prisionero.