El próximo Sábado 5 de Abril el Maestro Mario Videla será el encargado de inaugurar el órgano, ahora restaurado, de la Iglesia Evangélica Alemana (Oroño y San Lorenzo) que se estrenó en 1913 y que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad.
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La Iglesia Evangélica Alemana forma parte de una postal de la ciudad de Rosario, en la esquina del Boulevard Oroño y San Lorenzo, rodeada de plátanos (en la vereda) y pinos en su jardín. Ubicada en el pintorrequismo, construcción de Carlos Medici, es una obra de valor patrimonial para la ciudad y hoy, además, alberga a “uno de los mejores órganos del país, a juicio de un especialista: Oscar Alberto Tocco”, según nos cuenta Mario Hellwig quien se ocupó en los últimos tiempos de lograr la completa restauración tomando, así, las postas que iniciaron primero su suegra Mathilde, luego su esposa, Cristine Baltzer, y recientemente su cuñado Félix Baltzer y, agrega: “ La restauración es delicada al igual que su mantenimiento tareas que solo lo pueden hacer los especialistas, hay muy pocas personas que se dedican a eso y tiene su costo” .
La historia
“La iglesia no comenzó con órgano, en realidad en el proyecto inicial figuraba un campanario, pero hubo una donación en la Iglesia Evangélica Alemana de Buenos Aires para ese órgano y se lo encargó a la fábrica LINK de Alemania. Era un órgano con un accionamiento neumático, los mismos fabricantes vinieron a instalarlo a Rosario, ellos mismos se quedaron satisfechos por el sonido. Se inauguró en Setiembre de 1913, los alemanes y suizos que asistían a la iglesia en aquellos años, estaban orgullosos del órgano por su calidad con el que podían hacer grandes conciertos”.
¿Cómo se inció la restauración?
Mario Hellwig: Funcionaba con corriente contínua.
Recuerdo Entre mis 13 y 15 años, los domingos no había corriente contínua y durante el culto los más jóvenes teníamos que ir a bombear, había que llenar de aire un gran almohadón para que cuando el organista comenzara a tocar produjera sonido, entonces había que bombear antes y conocer la liturgia para que ese gran almohadón estuviera lleno de aire oportunamente.
Terminada la contínua se le compró un motor para corriente alternada.
En los años 60 comenzaron seriamente a reacondicionarlo y lo electrificaron, con pequeños magnetos, esto es, cuando se aprieta la tecla hay una corriente eléctrica que hace soltar el aire, allí se hizo un buen trabajo y se lo encargó a la firma Walker, también alemana.
Luego se arreglaron los tubos. También, una tormenta filtró agua.
En los últimos años se lo restauró bastante pero nos dimos cuenta que el soplante estaba deteriorado y entonces, para esto se puso en campaña, primero mi suegra, Mathilde fue quien comenzó la colecta para terminar la restauración del órgano, al fallecer lo continuó su hija Cristine, mi esposa, luego cuando Cristine cumplió 60 años pidió que no le hicieran regalos y esos valores los donaran para la restauración, así fue que Rubén de la Colina y Pedro Sinópoli donaron obras para conseguir más fondos. Pero aún seguían faltando algunas cosas, como el motor con el soplante (había que importarlo de Alemania) y eso, lo hizo Félix, como una obligación moral, en memoria de mi esposa para que se produzca el hecho de que esté en condiciones.
Felizmente el órgano de la Iglesia Evangélica Alemana está ya restaurado y se decidió invitar al Maetro Mario Videla (quien conoció toda esta historia) para que viniera a inaugurarlo.
María Josefina Bertossi
31 de Marzo de 2008
Rosario – Argentina