JuanFaluReproducimos aquí el informe sobre la clase abierta que el maestro guitarrista Juan Falú  ofreció hace unos días en la UNL (Universidad Nacional del Litoral) sobre práctica y enseñanza de la música popular y que envió la Universidad a través de su newsletter Medios. “El beneficio de enseñar música popular en la academia es mutuo, y es necesario aceptar que existe ese ida y vuelta para vencer las barreras que en otros tiempos fueron muy fuertes”, afirmó en la UNL el reconocido compositor, docente y guitarrista«.

¿Cómo enseñar en conservatorios y universidades las músicas que transmitían padres y abuelos a hijos y nietos, las zambas y chacareras que sonaban alrededor de los fogones, y que se recreaban en los caminos, viajando en las guitarras de los cantores populares? “Panoramas de la música argentina. Práctica y enseñanza” fue el título de la clase abierta en la que Juan Falú abordó esa cuestión esencial. Conocido por su trayectoria internacional como guitarrista y compositor, el músico nacido en Tucumán llegó al Instituto Superior de Música de la UNL, en el marco del Seminario  “Introducción al Folklore Musical Argentino” que se está dictando en el ISM, para hablar sobre estos temas a partir de su experiencia como docente, para compartir los errores y aciertos a la hora de pensar espacios académicos que se propusieron enseñar la música popular. 
El Auditorio Jorge E. Molina fue colmado por estudiantes, profesores, autoridades del ISM y artistas locales, que en la tarde del viernes pasado compartieron el interés por escuchar al músico, que también es docente del Conservatorio Manuel de Falla de Buenos Aires, donde colaboró en la creación de la primera Carrera Superior de Folklore y Tango.

Los desafíos
Minutos antes de dar inicio a la clase, en una entrevista para Punto Info, Falú sostuvo que “hay muchas expectativas y preocupaciones en torno a la enseñanza de música argentina en algunas universidades y conservatorios, ya que es un tema todavía reciente”. En esa línea indicó que sobre este tema existen dudas y certezas a partir de experiencias existentes, y que por eso “vale la pena que se discuta”: “hace 25 años comencé a enseñar música argentina en el Conservatorio Manuel de Falla de Buenos Aires, por lo que tengo un panorama de los aciertos y errores cometidos. Creo que mi mejor aporte puede ser transmitir esa experiencia”.
Durante la clase puntualizó algunos de los desafíos que implica crear un espacio académico para enseñar música popular, que se originan en “el nivel de creatividad y talento que hay en la juventud argentina”, por el que llegan al nivel superior con un amplio conocimiento del lenguaje musical en general, y folclórico en particular. Asimismo, consideró clave en esa situación “lo que ha pasado en el país desde la restauración democrática. Hubo una gran canalización de energías; dicho en un lenguaje psicoanalítico, podría hablarse de una enorme sublimación de la juventud, expresada en la adopción de la actividad artística, que en los años 70’ estaba puesta en la actividad política”.
Consultado por el vínculo entre música popular y espacios de educación formal, Falú aseguró que “la música popular y la academia pueden aportarse mucho entre sí. Hoy un músico que se dedique al lenguaje folclórico -sea de raíz o de proyección- lo mismo que al tango, está preparado, tiene recursos técnico-instrumentales y teórico-musicales para la composición y el arreglo; o sea que esa formación que obtuvo de los espacios académicos la está aplicando en su tarea como compositor, intérprete o arreglador”. 
Al revés, consideró que “hay muchos músicos que pasaron por la academia y quieren abrazar el repertorio popular argentino y latinoamericano, a través de las obras de Eduardo Falú o Yupanqui; Agustín Barrios de Paraguay, Villalobos de Brasil o Antonio Lauro de Venezuela, entre otros. Para abordar idóneamente esos repertorios necesitan un aprendizaje o referencia que quizás no encuentren en la currícula tradicional de un conservatorio. El beneficio de enseñar música popular en la academia es mutuo, y es necesario aceptar que existe un ida y vuelta para vencer las barreras que en otros tiempos fueron muy fuertes”.
Por otra parte, se refirió a una característica esencial en los docentes: “Los que fuimos pioneros en la enseñanza de música popular tuvimos que aprender a enseñar, aprender el rigor de los programas y las pruebas”, aseguró. Y afirmó que “los docentes tienen que provenir de la tradición de la música que se quiere enseñar, pero a la vez ellos tienen que estar dispuestos a asumir un proceso pedagógico institucional”. 

27 de abril de 2015
Rosario – Santa Fé – Argentina

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