El pasado sábado 22 de mayo en la Biblioteca Popular Mitre se realizó un recital de música medieval llevado a cabo por el grupo Trobar Clus. Este es el artículo preparado por José Luis Morelli, alumno de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNR inaugurando la sección Vista Joven.

El grupo Trobar Clus está integrado por Víctor Nobrega en flautas, percusión, kemanghe, voz y recitados;
Juan Manuel Oppedisano en percusión, guitarra latina y viola de arco; y Sergio Ferri en guitarra sarracena, vihuela de mano, guitarra latina, rebec, tanbur y voz.

Este trío presentó un programa dividido en dos secciones, la primera en Cantigas de Santa María –de Alfonso X El sabio, España siglo XIII—
Prologo, Des oge mais quer eu trobar, Poi-las figuras, Nas mentes sempre teer, Da que Deus Mamon, Rosa das Rosas, A que por gran fremosura.
La segunda parte en Repertorio popular y palaciego:
Scarbourough Fair/ Inglaterra siglo XII (recitado: Me siento junto al fuego/ J.R.R Tolkien), 7ma Estampie Real / Francia siglo XIII, Aus tres dous non / Francia siglo XIII (Recitado; popular del Languedoc), Lamento di Tristano/ Italia siglo XIV, Under lindarna i gryningen sang/ Escandinavia siglo XII, Tourdión / Francia siglo XV, Det sjünd inseglet / Escandinavias siglo XII .

El grupo antes de cada interpretación narraba y presentaba la historia de cada canción situando al público en tiempo y espacio. Lo mismo realizó con los instrumentos ya que para la mayoría alguno de ellos eran desconocidos.

“Me emociona todo lo que tenga que ver con la música medieval, sobre todo con la voz y con instrumentos que desconozco” fue la opinión de una espectadora.

Por otro lado, un joven contó que le genera simpatía todo lo que tiene que ver con lo medieval ya que esta música en su momento fue popular.

Finalmente otra espectadora agregó: “Lamento mucho que esto sea minoritario ya que en su momento fue popular, y que hoy llegue a la gente en los términos de minoría me genera un poco de tristeza”.
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Trobar Clus es un grupo de músicos independientes fundado en el año 1989 que se dedica al estudió y difusión de la música y literatura medieval.

El nombre del grupo hace alusión al arte de los “trobaudours” (trovadores) del sur francés conocido como Languedoc y significa “ Trobar cerrado”. Trobar es “entreverar el sentido de los términos” pero también es “inventar y descubrir”.

¿Qué los motivó a acercarse a la música medieval y a construir los instrumentos antiguos?
Sergio: Con Víctor empezamos a hacer música medieval hace 20 años y siempre nos sentimos atraídos por la música medieval, por el arte medieval.
Víctor: No sé si uno tiene una razón válida de por qué elige algo. Todo el aspecto de la música que es muy amplio, toda es muy linda pero es la que más nos llega.
Sergio: La construcción es más un tema económico. Dicen que la necesidad es la madre de la invención, cuando no hay plata. Intentamos empezar a fabricar algo como para lograr cierto sonido.
Víctor: Pero es parte del espíritu de la época. Porque si nos situamos en el siglo XII, un campesino no tenía mucho conocimiento para construir un instrumento, hay que situarse en el contexto de la época. Incluso a veces me dicen “que refinado es esta música que hacés, que bien, que culto” pero trasladado a esa época, esta música era la música popular de la época, que se bailaba en las tabernas, se emborrachaban, se peleaban, era muy popular.
Sergio: Además la sonoridad de los instrumentos nos imaginamos que hace 900 años atrás no es precisamente lo que puede llegar a sonar uno ahora. Se hacía con lo que tenían a mano, incluso las cuerdas, algunas eran de tripa, de bronce, fibra vegetal; ósea que cada uno usaba los materiales que tenía a mano.
¿A que fuentes recurrieron y como se informaron acerca de la reconstrucción?
Víctor: Ahora internet, pero cuando nosotros comenzamos había muy poco con respecto a las fuentes. Consultábamos en embajadas, algo de literatura.
Y hoy día es más fácil con internet, podés conseguir los facsímiles de manuscrito, información de cómo se construyeron los instrumentos. Esto es parte del descubrimiento para nosotros. Tampoco existían las normas ISO, no existía la afinación que conocemos todos (los músicos) es decir, nuestro sistema musical hoy nos permitiría yo argentino tocar con un australiano aunque no nos entendamos el idioma. Tocaríamos lo mismo. En aquella época eso no existía.

Sergio: Incluso ahora en internet podes llegar a conseguir algunos planos. Que en realidad no sé hasta qué punto confiar mucho en los planos, porque ya te digo, cada uno lo hacía de acuerdo más o menos con lo que tenía a mano. La vez pasada leyendo una carta de un músico alemán del siglo XVI (pleno renacimiento) que le mandaba una cara a un luthier que estaba en otro pueblo, pidiéndole que le fabrique un laúd pero no tan grande como el que me fabrico la ultima vez, ni tan pequeño como el que le fabricó a otro músico. Fíjáte con los códigos que se manejaban. No había una estandarización, no había nada.
¿Cómo decidieron el repertorio para el programa?
Sergio: Lo que buscamos, es por empezar, tratar de hacer algo que realmente nos plazca a nosotros, que nos guste. De hecho hubo muchos temas que a lo mejor los probamos y no nos gustó como salía o vimos que no nos motivaba y se fue eligiendo. El tema de las cantigas por ejemplo creo que es uno de los grandes monumentos de la lirica (poesía, textos en versos )y de la música medieval europea y española. A mi particularmente me conmueven las cantigas por una cuestión de fé, pero igualmente yo creo que te pueden conmover a nivel artístico porque son muy ricas.
Víctor: Son muy ricas a nivel tímbrico, rítmico. Si bien tienen un solo acorde o dos, no pasa por ahí la riqueza, sino por la motivación. Simplemente elegimos lo que nos gusta.

José Luis Morelli*
*Es alumno de la Licenciatura
en Comunicación Social de la UNR

26 de mayo de 2010
Rosario – Argentina


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