Este Sábado 2 de noviembre a las 21 en la Sala Lavardén – Mendoza y Sarmiento – el Coro Cantoamigo en su 20º aniversario, el Coral «Nuevo Siglo» en su 15º aniversario junto al Coro Municipal de Funes (también 20º aniversario) junto a la Tradicional Jazz Band interpretarán canciones como Serenata a la luz de la luna, Cuando tu sonríes, Hay humo en tus ojos, entre otras. Todos serán dirigidos por Augusto Gili quien en este artículo cuenta la historia de sus coros y su trabajo. Entrada: $ 30
Con motivo de los Aniversarios de “Cantoamigo” y Coral “Nuevo Siglo” ambas agrupaciones organizaron durante el 2013 diversos encuentros que se han desarrollado en la Iglesia Evangélica Alemana y en el que participaron el Coro de Fisherton que dirige Román Rodríguez, el Coro de Pavón Arriba que dirige Diego Petrelli, el Coro “Voces Argentina” de Casilda que dirige Luis Baetti, el Coro de La Falda dirigido por Sergio Hernández y el Coro de Capilla del Monte dirigido por Claudio Sadoly, el Coro de Timbues que dirige Cristian Caselli y el Coro de la Asociación Médica de Rosario dirigido por Marcelo Petetta. Esto ontinuará el Domingo 10 de Noviembre con el Coro de Empleados de Comercio dirigido por Miguel Angel Carraro y el Domingo 22 de Diciembre con el Coro Véneto de Rosario dirigido por Miguel Angel Solagna. Por otra parte la función que aquí anunciamos se presentó recientemente en la localidad de Funes
El 21 de Junio de 2011 Augusto Gilli fué homenajeado en el Honorable Senado de la Nación con el Diploma de Honor y Medalla a l Trayectoria por la OFADAC Organización Federada Argentina de Actividades Corales.
Quienes hemos participado de la actividad coral en Rosario a Augusto Gilli lo conocimos como coreuta y solista, y luego, como director de coros, un destino inevitable para alguien que ha vivido tantas y buenas experiencias en música coral.
¿Cómo se armó Cantoamigo y que los llevó a tener una variante de Coro de Cámara?
AG: En realidad fue a la inversa. En 1990 un grupo de 7 amigos a la salida de la Misa de los domingos nos reuníamos a cantar otros repertorios que habitualmente abordábamos con el Coro de la Iglesia del Pilar. Por un hecho fortuito, cual era colaborar con el Coro Polifónico de Berabevú, al que yo había accedido como director en el mes de Setiembre de 1990, armamos un repertorio de villancicos que cantamos con ellos. Surgió entonces el desafío ¿porqué no cantamos nosotros solos? Consulté en la Iglesia San Ramón Nonato y el 15 de diciembre de 1990 nos presentamos. Sin nombre, pero con un deseo de cantar que hizo que antes de finalizar el año diéramos dos conciertos más, uno en la Basílica San José y el otro en Godeken. Y al notar que no solamente nos llevábamos bien humanamente, pese a lo reducido del grupo, decidimos seguir al año siguiente conformando un programa de obras religiosas con motivo de la Semana Santa. Ya en 1992, participamos con 11 integrantes del Concurso Internacional de Coros organizado por el Instituto de Enseñanza Secundaria de Villa Carlos Paz (Córdoba) y ganamos el primer premio en la categoría Coros de Cámara.
El maestro Fernando Ciraolo al enterarse de este logro, y desconociendo la cantidad de
integrantes, me propuso abordar una obra sinfónico coral para la temporada 1993. La obra elegida era “Die Jahreszeiten” (Las estaciones) de Joseph Haydn. Con este proyecto por delante, teniendo como base el grupo de cámara, convoqué a cantantes amigos y logré un grupo de 48 integrantes que junto a la Orquesta de Cámara Municipal y el Ensamble Municipal de Vientos, dirigidos por el maestro Fernando Ciraolo, estrenamos en el mes de Setiembre, una parte de la obra: “La primavera”.
Este fue el inicio del Coro “Cantoamigo”, que al año siguiente, 1994, estrenó la obra completa en el Teatro El Círculo con los mismos acompañantes y la participación como solistas de la soprano Liliana García, el tenor José Luis Costantini y quedando la parte de barítono a mi cargo.. Al finalizar esta experiencia, enriquecedora por cierto para todo el grupo, quedó la idea de seguir cantando. Muchos de los integrantes decidieron continuar y así, en Marzo de 1995 rearmamos el grupo y comenzamos otra etapa, ya sin un proyecto fijo sino con la idea de participar activamente en el quehacer musical del canto coral rosarino.
¿Cuál ha sido el repertorio elegido?
AG: A partir de entonces hemos abordado distintos repertorios, incursionando incluso en el sinfónico coral con el estreno del “Requiem” de Fauré junto a la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario con la dirección del maestro Juan Carlos Zorzi. Dentro del plano de obras clásicas cantamos “Gloria” de Antonio Vivaldi, “Misa en do” (De los Ángeles guardianes) de Gounod, y una fallida intentona de presentar La Sinfonía n° 2 op. 52 “Lobgesang” de Mendelssohn-Bartholdy, obra que estuvimos estudiando durante buena parte del año para ser presentada en Buenos Aires ante la convocatoria del Maestro Julio Faingersh, que sería compartida por varios coros y que no se llevó a cabo por razones de índole económico.
El repertorio ha estado integrado también por obras populares argentinas, de Carlos Guastavino, programas de negro spirituals, dos programas junto a la Tradicional Jazz Band, conformados por spirituals, gospels y jazz, programas de música latinoamericana, y la “Misa Criolla” y “Navidad Nuestra” que hemos presentado junto a solistas de jerarquía como Gerardo López (de “Los Fronterizos”), Zamba Quipildor, Luis Baetti, Facundo Ramírez, Opus 4, Los Khorus, los tenores Darío Volonté y Luis Lima.
Esta circunstancia de cantar estas obras de Ariel Ramírez con tan caracterizados acompañantes nos hizo trascender a nivel nacional ya que este espectáculo originado en el Casino de Victoria (Entre Ríos) en época cercana a la Navidad tuvo difusión nacional en directo al ser televisada por los canales Crónica TV, América TV y Canal 7 Televisión Pública. Villa Hortensia y el Monumento Nacional a la Bandera han recibido en distintas oportunidades la presentación de estas obras y de repertorios navideños.Sumamente importante resultó el año 1998 en que tomamos contacto con el Coro Universitario de Valladolid, quien realizó una gira por nuestro país, presentándose en Rosario en dos conciertos organizados por nuestro coro. Esto nos dió la oportunidad de contactarnos con grupos corales de España, Lituania y Francia. En Mayo del 2000 realizamos una gira por España, con los auspicios del coro de Valladolid, donde brindamos 12 conciertos en las siguientes ciudades: Alcobendas y Tres Cantos(Comunidad de Madrid); Tarragona y Cambrils (Cataluña); Valladolid y Tordesillas ( Castilla – León); Gijón, Oviedo y El Entrego (Asturias); Castro Urdiales y Laredo (Cantabria) y Pasajes de San Juan (País Vasco). Esta relación con coros españoles nos permitió divulgar la música argentina y latinoamericana, de autores como Guastavino, Grau, Athos Palma, y arregladores de toda América latina. Y este contacto nos relacionó con coros de real valía internacional como los coros “Virgo” y “Choras Langas” de Vilnius (Lituania), coros de Francia y numerosos coros de Asturias y Cataluña (España) que visitaron nuestra ciudad invitados por nuestro coro. El coro ha realizado encuentros y participado en festivales en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Entre Ríos y Chubut.
¿Cómo surgió “Coral Nuevo Siglo” y a que repertorio han apuntado?
AG: Con Coral “Nuevo Siglo” se dió la particularidad de formar un coro con dos o tres referentes ex coreutas y un grupo de entusiastas cantantes que en 1998 actuamos bajo el nombre de Coro del Instituto de Cultura Hispánica de Rosario; que en 1999 pasamos a llamarnos “Jubileo Musical”, por lo extenso del nombre anterior, y en el año 2000, al independizarnos del Instituto se pasó a llamar Coral “Nuevo Siglo”.
El repertorio estuvo desde sus comienzos dedicado a la música española del renacimiento y popular de cada región y luego fué variando hacia un programa más ecléctico, donde tanto podemos cantar renacimiento italiano o francés, como corales de J.S.Bach o música argentina, latinoamericana y negro spirituals.
Hemos participado junto a “Cantoamigo” del recital “Voces con swing 2” junto a la Tradicional Jazz Band, de la “Misa Criolla” y “Navidad Nuestra” y participado en numerosos encuentros dentro de la provincia y provincias vecinas.
¿Cómo decidiste empezar a dirigir coros, y para dirigir cuánto te sirvió haber sido coreuta y solista de coros y directores muy importantes y en conciertos trascendentes? Has estado en los dos lados.
AG: Si tomo en cuenta que a los 8 años, en el Colegio Hermanos Maristas me seleccionaron para integrar el coro de niños; que luego al pasar al Colegio “San José” integré el Coro “Aquiles Pedrolini” en la cuerda de contralto primero y luego al desarrollarme como barítono-bajo. Que en febrero de 1959 ingresé al Coro Estable de Rosario dirigido por Cristián Hernández Larguía donde canté hasta 1977, para pasar a cantar en el Conjunto “Ars Nova” dirigido por Miguel Angel Solagna y a su vez cantar como solista 50 obras sinfónico corales con diversos maestros directores como Jorge Rotter, Juan Carlos Zorzi, Simón Blech, Paul Bellino, Mario Zeppa, Miguel Angel Gilardi, Fernando Ciraolo, Roberto Fabbroni, Rubén Coria, Miguel Angel Solagna, José Cura y José Martín González, director del Coro Universitario de Valladolid, seguramente que solamente observando a estos directores, algo de cada uno de ellos debo de haber aprendido.
Y si a esto le agrego mis estudios de piano, y las clases de canto que me impartieron Alberto Muzzio y Zoraida Clement, cuando el director del Coro de la Iglesia del Pilar, Padre Alberto Diez, donde también canté durante varios años, me pidió que me hiciera cargo del coro durante su ausencia de 3 meses, pese a no haberlo pensado nunca, y pese a tener cierta experiencia de ayudante de dirección de Miguel Angel Solagna, lo tomé como una colaboración, pero repito, nunca se me pasó por la cabeza estar al frente de un coro. Tanto es así que pese a haber cantado tantos años en diversos coros, no guardaba ninguna partitura de las que había aprendido.
Pero “la vida te dá sorpresas” y una de ellas fue que le agarré “el gustito” a cantar y a la vez dirigir y aquí estoy, desde hace 23 años al frente de coros. Durante este período dirigí los coros de polifónicos de Berabevú, Godeken, Carcarañá; de jóvenes del Liceo Aeronáutico Militar de Funes; de niños de Los Quirquinchos y Carcarañá y aún continúo con la dirección de los Coro Municipal “Eduardo Rímini” de Funes; del Conjunto de Cámara “Cantoamigo”; del Coro “Cantoamigo” y del Coral “Nuevo Siglo”.
En estos más de 20 años dirigiendo, ¿Qué has cosechado y que aprendiste de una actividad que está tan en contacto con tantas personas que viene cada una con una historia distinta?
AG: Así como nunca se me había pasado por la cabeza dirigir coros, pues mis actividades laborales no me permitían distraer mucho tiempo, es indudable que para pararse frente a un grupo de personas que en su gran mayoría no tienen ni idea de lo que es cantar ni de la lectura musical, hay que estar bien fogueado anímicamente, espiritualmente y musicalmente. Aquellas personas que tienen “su materia pendiente” y que siempre aspiraron a cantar, cuando se animan y dan el paso de ingresar a un coro, necesitan la suficiente contención que las haga disfrutar de lo que siempre añoraron y que nunca se animaron a hacer…cantar. Y allí está parte de lo que uno fue recogiendo en este largo camino del canto coral. Cuando comencé a dirigir profesionalmente, me impuse una especie de cuestiones que tenían que ver sobre mis propias experiencias desde el punto de vista del coreuta: que me gustaba del trato de los directores hacia mí y hacia el grupo, y que no me gustaba. Y me propuse resaltar las que me gustaban y desterrar aquellas que yo consideraba negativas para aquellos que quieren cantar. Y más aún para los que quieren cantar sin experiencia.
Así que mis coros, porque así los considero, además de tener exigencias de aprendizaje de las obras y de formar en cada miembro el sentido de responsabilidad y pertenencia, cuido mucho el trato. Siempre intento, aunque a veces mi interior sienta lo contrario, ser cordial, receptivo, comprensivo. Nunca o muy pocas veces, pierdo la paciencia. Intento escuchar a cada integrante que me expresa sus problemas, pues aunque yo no los pueda solucionar, sé que necesita ser escuchado. No hay nada más negativo que ante una requisitoria personal, yo les conteste: “ahora no tengo tiempo”.
Y es elemental pensar que aquello que a mí no me gusta, no debo hacérselo al que está a mi lado. En definitiva, el canto coral me ha permitido conocer mucho más que la música en sí, me ha permitido conocer mucho más a las personas y especialmente conocerme a mí mismo. He cosechado amigos, de esos que son nuestros compañeros de viaje, algún que otro reconocimiento por mi labor*, y muy especialmente saber que el canto coral une, que el canto coral no hace diferencias económicas, ni políticas, ni religiosas, une a las personas en pos de un objetivo común, la presentación de una obra bien cantada, con sentimiento, con buena dicción, con la idea de que debe de perdurar en el oído de quien la escucha.
María Josefina Bertossi
30 octubre de 2013
Rosario – Santa Fé – Argentina