En Gelsenkirchen no solo el equipo de fútbol argentino estaba afinado, sino también la hinchada, que ante la imposibilidad de cantar las estrofas del Himno Nacional Argentino antes de cada partido, hoy decidió vocalizar los difíciles compases de su intoducción. El resultado, musical, también fue excelente.
Rosario – Argentina
16 de Junio de 2006